21 febrero 2012

Lo Que Quiero Ahora - Ángeles Caso

UN CIERTO SILENCIO - MAGAZINE - 19/01/12 

Será porque tres de mis más queridos amigos se han enfrentado inesperadamente estas Navidades a enfermedades gravísimas. O porque, por suerte para mí, mi compañero es un hombre que no posee nada material pero tiene el corazón y la cabeza más sana que he conocido y cada día aprendo de él algo valioso. O tal vez porque, a estas alturas de mi existencia, he vivido ya las suficientes horas buenas y horas malas como para empezar a colocar las cosas en su sitio. Será, quizá, porque algún bendito ángel de la sabiduría ha pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su aliento hasta mí. El caso es que tengo la sensación –al menos la sensación– de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado vida. 

Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas de laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la maledicencia y el juicio ajeno. Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdadera. Detesto los coches de lujo que ensucian el mundo, los abrigos de pieles arrancadas de un cuerpo tibio y palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres esclavos que padecen en las minas de esmeraldas y de oro a cambio de un pedazo de pan. Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos indiferentes que nunca se meten en líos. Señalo con el dedo a los hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa con un inmigrante. A los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas. A los que creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir, pensar y ser. 

Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la ternura de mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila. 

También quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno. Un instante de belleza a diario. Echar desesperadamente de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado. No estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca, pero no quejarme de ninguna tontería. No convertirme nunca, nunca, en una mujer amargada, pase lo que pase. Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí. Sólo quiero eso. Casi nada. O todo.


17 febrero 2012

A Todos Nos Ha Pasado

Seguro que te ha podido pasar alguna vez en tu vida...

- Yo tampoco sabía qué coño hacer con el color blanco de los lápices de colores...

- Odio que me despierten preguntando si estoy dormido.

- Yo también he tirado de la puerta cuando ponía claramente: "empujar".

- Yo también he utilizado alguna vez el móvil como linterna.

- Saco el móvil, miro la hora, lo guardo, ni idea de qué hora es.

- Pidas lo que pidas, el peluquero siempre hace lo que le sale de los cojones.

- Yo también dije: "Trae, ¡que tú no sabes!". Y yo tampoco supe.

- El dinero no da la felicidad, pero yo prefiero llorar en un Ferrari.

- ¡Yo también canto las canciones en inglés como me da la gana!

- No entiendo cómo la gente duerme en el metro y se despierta en su parada.

- Señoras que se quedan dormidas con la novela pero si cambias se despiertan.

- Mi madre también me dice: "Como vaya yo y lo encuentre..." ¡Y lo encuentra!

- Me acabo de enterar de que SUGUS es capicúa.

- Mi madre también dice: "¡Ésta es la primera vez que me siento en todo el día!".

- Yo también de pequeño decía: "inglish pitinglish".

- Siempre quise subirme a un taxi y gritar: "¡Siga a ese coche!".

- Señoras que dicen: "Niño, pásame eo, que está ahí, encima del éste".

- Seamos realistas: nadie hará una fila y saldrá en calma si hay fuego.

- Mamá, hazme algo para comer.
- ¿Por qué no te lo haces tú?
- No, da igual, no tengo hambre.

- Para los que cuando tocamos el timbre y preguntan "¿Quién es?" y decimos "¡YO!".

- Yo nunca he terminado una goma de borrar; antes se me pierden.

- Yo tampoco he visto nunca una paloma pequeña. ¿Nacen ya grandes?

- Ojalá tuviera por la noche el sueño que tengo por la mañana.

- A mí también me dijo que le salió fatal y la asquerosa sacó un 10.

- Yo también me quedé aislado porque mi madre o esposa fregaron el suelo.

- Poner el dedo para que no te muerdan demasiado el bocata.

- Los cortes de digestión no existen: son los padres.

- Mi cuarto se desordena solo.

- ¿¿¿¿ABRE FÁCIL???? ¡!¡¡Los cojones!!!!

- Me he muerto 19.985.322.486 veces por no haber reenviado cadenas de e-mails.

- Yo también aprieto más fuerte el botón del mando cuando se gastan las pilas.

- Yo también digo NADA cuando me pasa ALGO.

- Le digo a un amigo que mire DISIMULADAMENTE y nunca mira disimuladamente.

- Es mejor conversar en clases que en el recreo.

- ¡A mí también me han mandado callar mis padres cuando veían que tenía razón!

- ¡Siempre se me cae un calcetín cuando llevo un montón de ropa a la lavadora!