31 enero 2009

El Caso De La Mujer Asesinadita

Recuperando viejas costumbres, ayer estuve en el teatro, lleno hasta arriba,(según creo, con todas las entradas vendidas), para reirnos durante casi las dos horas que duró. Y con una Isabel Ordaz ("la hierbas") con la que fue difícil no reírse...


Mercedes es una casadita de mediana edad que para no aburrirse demasiado en su matrimonio lee novelas de aventuras. Una noche, en la que su marido (Lorenzo) aún no ha llegado por cuestiones de trabajo y mientras lee una de sus novelas, se queda dormida y tiene un sueño con absoluta apariencia de realidad.

En ese sueño, disparatado y sorprendente, su marido se había enamorado de una secretaria (Raquel, una joven huérfana) y para poder vivir ese amor habían decidido envenenar a Mercedes, ya que la acción se desarrolla en la España de los años 40 y como no existía el divorcio les había parecido “la mejor solución”. En ese sueño también aparece un misterioso personaje: Un indio americano que conecta muy bien con Mercedes.

Después de constatar con los criados de la casa que sólo había sido un sueño, Mercedes intenta tranquilizarse, pero en ese momento llega su marido de una interminable sesión laboral y le comunica que necesita un poco de ayuda para terminar el “memorando” que le acaban de encargar y para ello necesita contratar a una secretaria; le han hablado de una chica joven, muy lista y aplicada y que además necesita el trabajo... es huérfana y debe mantener a sus hermanos pequeños...

Mercedes, aterrada, sube corriendo a su cuarto sin dejar que su marido se acerque a ella... Así acaba el primer acto de esta tierna y divertida comedia.

En el segundo acto y mientras Mercedes intenta impedir que su marido y Raquel se queden a solas, aparece Norton; es el indio americano del sueño pero en la realidad es el jefe (americano) de Lorenzo. Mercedes le reconoce muy asustada, pero al igual que en el sueño, conectan muy rápidamente. Mercedes le cuenta su susto por el hecho de que el sueño se esté realizando punto por punto y Norton la sorprende definitivamente confesándola que él también ha soñado con ella, el mismo día y a la misma hora; él moría en un accidente de tráfico y se encontraba con Mercedes que estaba muriendo en ese momento y sus almas se encontraban y se fundían en el más allá.

Él cree firmemente en el destino y sabe que ese tipo de sueños acaba siempre cumpliéndose. Si ella muere, él también.

Ambos (con ayuda de algún espíritu burlón) deciden impedir que Lorenzo y Raquel se enamoren y así se desencadene la tragedia. El final del segundo acto parece indicar todo lo contrario; a pesar de todos los intentos, Lorenzo ha descubierto en Raquel algo más que una mecanógrafa pero también Norton y Mercedes están cada vez más cerca...

El arranque del tercer y definitivo acto es una divertidísima sesión de espiritismo en casa de Mercedes. Es Nochebuena; nieva con fuerza en la calle y en el ambiente flota una tierna melancolía. Todo indica que el sueño premonitorio no va a cumplirse; lo de Lorenzo y Raquel parece que se acabó y ello conlleva también la imposibilidad de la unión entre Mercedes y Norton (aunque sea en el más allá). Ambos lo saben y apuran de manera natural sus últimas horas de enamorados ya que Norton se marcha definitivamente a su país. Para celebrar la Nochebuena y de paso despedirse, Mercedes decide preparar una cena en casa e invitar a Raquel; al fin y al cabo ha pasado el peligro y Mercedes se siente generosa.

Los cuatro se juntan para cenar y descubrimos que Raquel y Lorenzo siguen enamorados pero no están juntos porque ella no quiere estar con un hombre casado. Mientras Mercedes “esté viva” seguirán siendo marido y mujer y su amor es imposible. Las dos parejas bailan y beben champagne.

La nieve cae cada vez con más fuerza y Norton y Raquel tienen que abandonar la casa si no quieren quedar allí atrapados. Renato, chófer y jardinero de la casa, les llevará a sus respectivos destinos. Ambos se van. Mercedes se queda sola con su marido; no tienen nada que decirse. Al instante le empieza un tremendo dolor de cabeza. Lorenzo pone la radio, suena I love Paris. Mercedes le pide que le prepare un vaso de leche con sus gotas para el dolor.

Ya a solas en el salón, Mercedes parece recibir una señal telepática de Norton; algo está ocurriendo con el coche, tienen algún problema... Mercedes entonces le “advierte” a Lorenzo que no confunda sus gotas para el dolor con las gotas que hay en el baño porque éstas son venenosas. Lorenzo entra con el vaso de leche, Mercedes bebe, Lorenzo sube la radio, Mercedes muere entre dulces estertores al ritmo de la música. Allí esperará a Norton durante unos minutos.

4 comentarios:

Albita dijo...

Que risas que pasaba yo con esa mujer jejej

Rosa Negra dijo...

Yo es que no he sido muy aficionada a "Aquí no hay quien viva"... XD

Por cierto, nena, vaya partido que te has perdido esta mañana... ¬¬

Albita dijo...

pues que paso?=?=?=

Rosa Negra dijo...

Pues aparte del frío que pasamos... que perdimos :(