Porque soy… mmmmmm, no encuentro la palabra exacta para definirlo… me estoy leyendo dos libros a la vez, y a parte del que comenté el otro día en este blog, también me encuentro enfrascada con “A orillas del río Piedra me senté y lloré” de Pablo Coelho...
Bueno, esto es lo que escribí ayer para poner en el blog... pero esta mañana me he terminado el libro... por lo que lo único que estoy enfrascada con respecto a este libro, es a todas las ideas que rondan por mi cabeza sobre el contenido, sobre cómo abandonamos todo aquello que soñamos y en lo que creemos por amor, y cómo algunas contadas ocasiones, nos damos cuenta de que todo pertenece a nosotros mismos, y no deberíamos de renunciar a ello, porque es nuestra vida.
Tras once años, una mujer se reencuentra con su amado. La última vez que se vieron eran todavía adolescentes. Hoy, la vida les ha llevado por caminos muy distintos: ella vive en Zaragoza, prepara oposiciones y ha aprendido a dominar sus sentimientos. Él ha viajado por todo el mundo, posee el don de la curación y ha encontrado en la religión un refugio para huir de sus conflictos interiores. Pero en el reencuentro, a ambos les unirá un único deseo: el de cumplir sus sueños. A orillas del río Piedra me senté y lloré es una novela sobre el amor y la esencia de la vida, porque las historias de amor encierran en sí todos los secretos del mundo.
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