Éste ha sido el slogan que nos ha seguido durante las últimas semanas de la temporada 2007/08 del Balonmano Ciudad Real.
Y en eso estábamos el domingo… soñando que el equipo podría remontar una renta de dos goles en un campo rival, con más de 11.000 aficionados alemanes increpando a nuestros jugadores, con 2 árbitros que sabíamos que iban a ser caseros en exceso, con un equipo alemán enfrente de lo mejor de todo el balonmano, y también, por qué no decirlo, desproporcionadamente agresivos y en muchas ocasiones antideportivos, de haberlos enviado a entrenar en un pabellón pequeño, estilo al Príncipe Felipe de aquí y no en donde iban a jugar....
Y soñábamos con una temporada redonda, con que éste último título nos diera una temporada perfecta, donde todos los títulos disputados acababan en nuestras vitrinas…
Y a pesar de que dicen que “los sueños, sueños son”, después de gritos de Javi cada vez que metíamos un gol, los sustos de Alba cada vez que Javi gritaba, de los nervios iniciales agradeciendo a TVE, una vez más, cómo demuestran el cariño que nos tienen no poniendo desde el principio el partido de balonmano para que pudiéramos ver cómo saltaban aficionados extranjeros por ganar una copa extranjera y una tanda de anuncios eterna, después de empezar a creer que podíamos con ellos realmente, que estábamos jugando como sólo el más grande puede jugar… y una vez terminada la pelea (Zeith, no te mereces jugar en ningún equipo serio), con 3 menos, marcando goles con tanta inferioridad… ¡¡ganamos!!
Nos mirábamos casi alucinando, sin podernos creer que al final “sí se puede”, y que, hoy, en la actualidad, somos el mejor equipo de balonmano de Europa, y por ende, del mundo.
Cogimos el coche (lo vimos en casa de Javi) y nos acercamos a la Plaza Mayor, entre las voces de Javi en el coche, los saludos de la gente de la calle… y casi fuimos los primeros en llegar.
Como no podía ser de otra manera, aprovechamos la poco saturación en la fuente para subirnos y empezar a animar a toda la gente que se encontraba por allí, algunos incluso mirándonos raro, preguntando que qué hacíamos y quién había ganado el qué. Una pena que ni siquiera la propia gente de Ciudad Real sepa qué es lo que pasa en nuestro deporte, en un equipo que lleva el nombre de la ciudad por todo el mundo; una pena que Ciudad Real sea más conocida fuera de España, que en la propia España donde el que sabe que existimos, no sabe ni situarnos en el mapa.
Muchos cánticos, saltos, “Demetrio Lozano, te la dedicamos” (ahora vuelve a dedicarnos tú unas palabras tan bonitas como las del último partido), algunas fotos, muchos abrazos con todos los conocidos y amigos de la alegría, algunos se bañaron… Pablo nos bañó al resto…
Y en esto estábamos, cantando, saltando, cuando alguien dijo que se estaba buscando un autobús que nos llevara a Barajas para recibir al equipo. ¿Vamos? ¡¡Claro!! De vez en cuando preguntábamos si habían conseguido ya un bus… como decían que no, empezamos a planearnos a ver cuántos coches se podían desplazar hasta Madrid.
Al final conseguimos un bus, aunque Luis, Javi, Cris, Miguel y yo nos fuimos en coche, ya que Cris salía de trabajar a las 23 h. y el bus salía rumbo norte a las 22 h.
De la Plaza Mayor a casa, a cenar antes de irnos, a preparar los papelillos, la cámara de fotos (¡¡las pilas!! ¿¿dónde leches están las puñeteras pilas??) y de video todo corriendo, a ponernos ropa más cómoda, a subir en la página web que somos ¡¡¡¡CAMPEOOOOOONEEEEEEEEESSSSSSSSS!!!!...
Y en eso estábamos el domingo… soñando que el equipo podría remontar una renta de dos goles en un campo rival, con más de 11.000 aficionados alemanes increpando a nuestros jugadores, con 2 árbitros que sabíamos que iban a ser caseros en exceso, con un equipo alemán enfrente de lo mejor de todo el balonmano, y también, por qué no decirlo, desproporcionadamente agresivos y en muchas ocasiones antideportivos, de haberlos enviado a entrenar en un pabellón pequeño, estilo al Príncipe Felipe de aquí y no en donde iban a jugar....
Y soñábamos con una temporada redonda, con que éste último título nos diera una temporada perfecta, donde todos los títulos disputados acababan en nuestras vitrinas…
Y a pesar de que dicen que “los sueños, sueños son”, después de gritos de Javi cada vez que metíamos un gol, los sustos de Alba cada vez que Javi gritaba, de los nervios iniciales agradeciendo a TVE, una vez más, cómo demuestran el cariño que nos tienen no poniendo desde el principio el partido de balonmano para que pudiéramos ver cómo saltaban aficionados extranjeros por ganar una copa extranjera y una tanda de anuncios eterna, después de empezar a creer que podíamos con ellos realmente, que estábamos jugando como sólo el más grande puede jugar… y una vez terminada la pelea (Zeith, no te mereces jugar en ningún equipo serio), con 3 menos, marcando goles con tanta inferioridad… ¡¡ganamos!!
Nos mirábamos casi alucinando, sin podernos creer que al final “sí se puede”, y que, hoy, en la actualidad, somos el mejor equipo de balonmano de Europa, y por ende, del mundo.
Cogimos el coche (lo vimos en casa de Javi) y nos acercamos a la Plaza Mayor, entre las voces de Javi en el coche, los saludos de la gente de la calle… y casi fuimos los primeros en llegar.
Como no podía ser de otra manera, aprovechamos la poco saturación en la fuente para subirnos y empezar a animar a toda la gente que se encontraba por allí, algunos incluso mirándonos raro, preguntando que qué hacíamos y quién había ganado el qué. Una pena que ni siquiera la propia gente de Ciudad Real sepa qué es lo que pasa en nuestro deporte, en un equipo que lleva el nombre de la ciudad por todo el mundo; una pena que Ciudad Real sea más conocida fuera de España, que en la propia España donde el que sabe que existimos, no sabe ni situarnos en el mapa.
Muchos cánticos, saltos, “Demetrio Lozano, te la dedicamos” (ahora vuelve a dedicarnos tú unas palabras tan bonitas como las del último partido), algunas fotos, muchos abrazos con todos los conocidos y amigos de la alegría, algunos se bañaron… Pablo nos bañó al resto…
Y en esto estábamos, cantando, saltando, cuando alguien dijo que se estaba buscando un autobús que nos llevara a Barajas para recibir al equipo. ¿Vamos? ¡¡Claro!! De vez en cuando preguntábamos si habían conseguido ya un bus… como decían que no, empezamos a planearnos a ver cuántos coches se podían desplazar hasta Madrid.
Al final conseguimos un bus, aunque Luis, Javi, Cris, Miguel y yo nos fuimos en coche, ya que Cris salía de trabajar a las 23 h. y el bus salía rumbo norte a las 22 h.
De la Plaza Mayor a casa, a cenar antes de irnos, a preparar los papelillos, la cámara de fotos (¡¡las pilas!! ¿¿dónde leches están las puñeteras pilas??) y de video todo corriendo, a ponernos ropa más cómoda, a subir en la página web que somos ¡¡¡¡CAMPEOOOOOONEEEEEEEEESSSSSSSSS!!!!...
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