Y nos pusimos en marcha… Cris cenando en el coche, y con nervios aún de casi no creérnoslo… ganar otro título, fiesta en la Plaza Mayor, locura de irnos a Barajas a recibirlos…
Durante todo el camino de ida, Javi y Cris fueron “discutiendo”, que si no corras, que si el GPS no quiere llevarnos a Barajas, que si ten cuidado con la Coca-Cola que la vas a tirar, que si hueles mucho a hamburguesa…
En mitad del viaje, llamada de Albita: “¡¡Hemos visto a Pocholo!! ¡¡Por favor qué guapo!!”. Según parece el bus hizo una parada, y en el bar donde estuvieron, se encontraba Pocholo… Les dio la enhorabuena porque se había enterado de que habíamos ganado la Champion (¡¡el balonmano existe!!), y a alguna parece que se le cayó la baba… ¿Pocholo guapo?, ejem ejem.
Ya casi en Madrid, el GPS no nos mandó a la mierda porque no lo tienen programado para eso, pero si no, fijo que lo habría hecho: no quería calcular la ruta. Así que al estilo antiguo… mirando los carteles de la carretera, jajajaja. Llamé a Alba, para saber por dónde iban, y si sabían exactamente por dónde había que entrar a la Terminal 4, que era donde llegaban. Me puso al teléfono creo que fue a Pablo (el del baño, jeje), y nos dijo que siguiéramos el dibujo de un avión… y eso hicimos. Menos mal que la señalización, a pesar de ser un poco liosa por todo lo que allí se encuentra, está bastante bien, con lo que llegamos sin ningún problema hasta el aparcamiento.
Era la 1:30 h. cuando salíamos corriendo del coche, rumbo a la terminal, más nerviosos aún, porque estábamos oyendo los cánticos del resto de compañeros que habían ido en el bus, así que corrimos siguiendo el sonido por los pasillos, buscando por dónde bajar, ya que estábamos a una altura mayor.
Por fin nos juntamos con ellos, de un lado para otro, buscando la salida por donde encontraríamos a los jugadores, que llegaban en el avión procedente de Hamburgo a las 2:05 h.
Todo el tiempo estuvimos cantando, deseando que aterrizara de una vez el avión y que salieran, de cantar con ellos, de agradecerles la temporada, de demostrarles que juntos podemos soñar… y hacer los sueños realidad.
Sabiendo que estaban ya en tierra, y separándonos unas puertas de cristal de ellos, nos hicieron esperar casi media hora hasta que salieron. Más cánticos, abrazos con los jugadores, todos llenos de papelillos (gracias a José por esa bolsa con papelillos de la encuadernadora, jeje), todos emocionados, contentos, y aún no nos lo creíamos… los jugadores más “contentos” que nosotros, ya que acabaron con todas las existencias del avión. Ole toreando; Domingo saltando con nosotros; Viran entrevistando a Jota; Dinart con un pendiente amarillo de sevillana…
Y los seguimos hasta el autobús cantando “a por ellos”. Más abrazos, más cánticos y más saltos… Hasta que salió David con una cerveza a bañarnos (jo, mi pelo limpio, jajajaja), y momentos después, Jota con una botella de champán, mientras seguíamos cantando y saltando.
Fue un rato muy largo que, claro está, se nos hizo muy corto.
Durante todo el camino de ida, Javi y Cris fueron “discutiendo”, que si no corras, que si el GPS no quiere llevarnos a Barajas, que si ten cuidado con la Coca-Cola que la vas a tirar, que si hueles mucho a hamburguesa…
En mitad del viaje, llamada de Albita: “¡¡Hemos visto a Pocholo!! ¡¡Por favor qué guapo!!”. Según parece el bus hizo una parada, y en el bar donde estuvieron, se encontraba Pocholo… Les dio la enhorabuena porque se había enterado de que habíamos ganado la Champion (¡¡el balonmano existe!!), y a alguna parece que se le cayó la baba… ¿Pocholo guapo?, ejem ejem.
Ya casi en Madrid, el GPS no nos mandó a la mierda porque no lo tienen programado para eso, pero si no, fijo que lo habría hecho: no quería calcular la ruta. Así que al estilo antiguo… mirando los carteles de la carretera, jajajaja. Llamé a Alba, para saber por dónde iban, y si sabían exactamente por dónde había que entrar a la Terminal 4, que era donde llegaban. Me puso al teléfono creo que fue a Pablo (el del baño, jeje), y nos dijo que siguiéramos el dibujo de un avión… y eso hicimos. Menos mal que la señalización, a pesar de ser un poco liosa por todo lo que allí se encuentra, está bastante bien, con lo que llegamos sin ningún problema hasta el aparcamiento.
Era la 1:30 h. cuando salíamos corriendo del coche, rumbo a la terminal, más nerviosos aún, porque estábamos oyendo los cánticos del resto de compañeros que habían ido en el bus, así que corrimos siguiendo el sonido por los pasillos, buscando por dónde bajar, ya que estábamos a una altura mayor.
Por fin nos juntamos con ellos, de un lado para otro, buscando la salida por donde encontraríamos a los jugadores, que llegaban en el avión procedente de Hamburgo a las 2:05 h.
Todo el tiempo estuvimos cantando, deseando que aterrizara de una vez el avión y que salieran, de cantar con ellos, de agradecerles la temporada, de demostrarles que juntos podemos soñar… y hacer los sueños realidad.
Sabiendo que estaban ya en tierra, y separándonos unas puertas de cristal de ellos, nos hicieron esperar casi media hora hasta que salieron. Más cánticos, abrazos con los jugadores, todos llenos de papelillos (gracias a José por esa bolsa con papelillos de la encuadernadora, jeje), todos emocionados, contentos, y aún no nos lo creíamos… los jugadores más “contentos” que nosotros, ya que acabaron con todas las existencias del avión. Ole toreando; Domingo saltando con nosotros; Viran entrevistando a Jota; Dinart con un pendiente amarillo de sevillana…
Y los seguimos hasta el autobús cantando “a por ellos”. Más abrazos, más cánticos y más saltos… Hasta que salió David con una cerveza a bañarnos (jo, mi pelo limpio, jajajaja), y momentos después, Jota con una botella de champán, mientras seguíamos cantando y saltando.
Fue un rato muy largo que, claro está, se nos hizo muy corto.
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