En mi trabajo es fundamental la atención al público, y reconozco que el 96% de los que allí llegan en busca de información o resolver ciertos papeles, son un ejemplo a seguir en amabilidad; alguno incluso te da conversación y te cuentan lo que hacían a tu edad, o cómo estaba el mundo.
¡¡Hasta alguno me habrá regalado un puñado de caramelos!!
En otros, por desgracia, su amabilidad brilla por su ausencia.
Mi trabajo consiste en el 90% en tramitar una serie de papeles que para los jubilados empadronados dentro de mi comunidad son gratuitos, no siendo así si provienen de fuera. ¡¡Pero no es exclusividad nuestra!! Si alguno sale de nuestra comunidad, aun siendo jubilado, ¡¡también le cuesta su dinero!!
Bien, a algunos les “indigna” esta situación, alegando en ocasiones que eso no es solidaridad, acallándote cuando les comentas que es así en todas las comunidades, y que a la inversa los nuestros también tienen que pagar, pero están tan absortos porque les cuesta dinero los vicios, que no te hacen ni puñetero caso. Sin ir más lejos, ayer uno me soltó a voces y cabreado: “¡¡¡¡Como si no fuéramos españoles todos!!!!” Vaya, pues eso sí que no lo sabía yo, gracias por informarme…
La semana pasada hasta uno me colgó… ¿eso es respeto? ¿eso es lo que tanto piden algunos? Será que soy demasiado “joven” para saber lo que significa esa palabra que tantos piden, pero casi ninguno da.
Y la mayoría llaman de una comunidad autónoma donde para conseguir los papeles desde fuera de esas “fronteras”, piden o un imposible, o aprobar un examen que cuesta demasiado caro, mientras que aquí no se pide nada de eso, se dan todas las facilidades del mundo…
¿Eso es la solidaridad? Que venga Dios y lo vea, porque yo no me lo creo.
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