Es increíble verle dando instrucciones, cómo juega, qué visión tiene, los rectificados que nadie podrá hacer mejor que él, y cómo, en la actualidad, pese a haberse retirado a su edad y ser el entrenador del BM Ciudad Real, sigue tirando del equipo en los peores momentos y cuando todo parece perdido.
Sí, se retiró, pero la lesión del central del equipo empezando la temporada 2006/07 hizo que volviera a deleitarnos con su juego, aunque fuera sólo por esta temporada y después de llevar un año retirado.
Pero no todo esto que estoy diciendo es para admirarle, si no también como persona. Aquellos que tenemos el privilegio de poder tratar con él, de verlo en los entrenamientos, de hablar con él después de los partidos, de encontrárnoslo antes y después de los partidos, por la calle, o incluso en alguna que otra entrevista, sabe que es para rendirse a sus pies por su humanidad, su respeto, su amabilidad y cariño con todos nosotros, y esos detalles que le hacen GRANDE en todos los sentidos (pero tampoco seáis tan mal pensados, ¿eh?).
Es cierto que en ocasiones, muy metido en el juego, se le puede ir un poco “la olla”, pero es que Talant es tan temperamental, que si le dan un balonazo en la cara adrede, es lo que tiene, que no se puede callar. Quizás debiera controlarse un poco más, pero aún así, la admiración sigue ahí, porque nadie en esta vida puede ser perfecto, y él, por muy profesional que pueda ser, también es humano, y no por eso hay que crucificarlo, ni mucho menos, tal y como hacen algunos…
Talant, desde aquí, y desde todo el cariño con el que te cantamos en los partidos, y día a día que sabes cuando hablamos que eres el mejor y tienes todo nuestro apoyo… sigue así,
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