En cierta ocasión, durante una elegante recepción de bienvenida al nuevo Director de una importante compañía en una ciudad europea, las esposas de los otros directores, que querían conocer a la esposa del festejado, le preguntaron con cierto morbo:
- ¿Te hace feliz tu esposo? ¿Verdaderamente te hace feliz?
El esposo, que en ese momento no estaba a su lado, pero sí lo suficientemente cerca para escuchar la pregunta, prestó atención a la conversación e incorporó ligeramente su postura en señal de seguridad y atención e hinchó un poco el pecho orgullosamente, pues sabía que su esposa diría que sí. Ella jamás se había quejado durante su matrimonio.
Sin embargo, para sorpresa suya y de los demás, la esposa respondió con un rotundo: “No, no me hace feliz.”
En la sala se hizo un incómodo silencio como si todos los presentes hubieran escuchado la respuesta de la mujer. El marido estaba petrificado. No podía dar crédito a lo que su esposa decía, y menos en un momento tan importante para él.
Ante el asombro del marido y de todos, ella simplemente acomodó enigmáticamente sobre su cabeza su elegante chalina de seda negra y continuó:
- No, él no me hace feliz… Yo soy feliz…
>> El hecho de que yo sea feliz o no, no depende de él, sino de mí.
>> Yo soy la única persona de quien depende mi felicidad. Yo determino ser feliz en cada situación y en cada momento de mi vida, pues si mi felicidad dependiera de otra persona, de otra cosa o circunstancia sobre la faz de esta tierra, tendría serios problemas.
>> Todo lo que existe en esta vida cambia continuamente: el ser humano, las riquezas, mi cuerpo, el clima, los placeres, etc… Y así podría decir una lista interminable…
>> A través de toda mi vida, he aprendido algo: Yo decido ser feliz y lo demás son “experiencias o circunstancias”, como ayudar, comprender, aceptar, escuchar, consolar, y junto a mi esposo lo he vivido y practicado tantas veces…
>> La felicidad siempre se apoyará en el verdadero perdón y en el amor a sí mismo y a los demás.
>> … No es responsabilidad de mi esposo hacerme feliz… Él también tiene sus “experiencias o circunstancias”, lo amo y él me ama, muy a pesar de sus circunstancias y de las mías.
>> Él cambia, yo cambio, el entorno cambia, todo cambia. Observando esos cambios, los cuales tal vez puedan ser fuertes o no, pero existen, hay que enfrentarlos con el amor que hay en cada uno de nosotros. Si los dos nos amamos y nos perdonamos, los cambios serán sólo “experiencias o circunstancias” que nos enriquecen y que nos darán fortaleza. De lo contrario, sólo habremos sido parejas de “paso”.
>> Para algunos, divorciarse es la única solución. En realidad, es la más fácil…
>> El amar verdaderamente, es difícil, es dar amor y perdonar incondicionalmente, vivir, tomar las “experiencias o circunstancias” como son, enfrentarlas juntos y ser feliz por convencimiento.
>> Hay gente que dice: “No puedo ser feliz porque estoy enfermo, porque no tengo dinero, porque hace mucho calor, porque me han insultado, porque alguien ha dejado de amarme, porque alguien no me valora…”
>> Pero lo que no sabes es que puedes ser feliz aunque estés enfermo, aunque haga calor, tengas o no dinero, aunque alguien te haya insultado, o alguien no te ame o no te haya valorado.
>> Ser feliz es una actitud ante la vida y cada uno decide…
>> Ser feliz, sólo depende de ti.
- ¿Te hace feliz tu esposo? ¿Verdaderamente te hace feliz?
El esposo, que en ese momento no estaba a su lado, pero sí lo suficientemente cerca para escuchar la pregunta, prestó atención a la conversación e incorporó ligeramente su postura en señal de seguridad y atención e hinchó un poco el pecho orgullosamente, pues sabía que su esposa diría que sí. Ella jamás se había quejado durante su matrimonio.
Sin embargo, para sorpresa suya y de los demás, la esposa respondió con un rotundo: “No, no me hace feliz.”
En la sala se hizo un incómodo silencio como si todos los presentes hubieran escuchado la respuesta de la mujer. El marido estaba petrificado. No podía dar crédito a lo que su esposa decía, y menos en un momento tan importante para él.
Ante el asombro del marido y de todos, ella simplemente acomodó enigmáticamente sobre su cabeza su elegante chalina de seda negra y continuó:
- No, él no me hace feliz… Yo soy feliz…
>> El hecho de que yo sea feliz o no, no depende de él, sino de mí.
>> Yo soy la única persona de quien depende mi felicidad. Yo determino ser feliz en cada situación y en cada momento de mi vida, pues si mi felicidad dependiera de otra persona, de otra cosa o circunstancia sobre la faz de esta tierra, tendría serios problemas.
>> Todo lo que existe en esta vida cambia continuamente: el ser humano, las riquezas, mi cuerpo, el clima, los placeres, etc… Y así podría decir una lista interminable…
>> A través de toda mi vida, he aprendido algo: Yo decido ser feliz y lo demás son “experiencias o circunstancias”, como ayudar, comprender, aceptar, escuchar, consolar, y junto a mi esposo lo he vivido y practicado tantas veces…
>> La felicidad siempre se apoyará en el verdadero perdón y en el amor a sí mismo y a los demás.
>> … No es responsabilidad de mi esposo hacerme feliz… Él también tiene sus “experiencias o circunstancias”, lo amo y él me ama, muy a pesar de sus circunstancias y de las mías.
>> Él cambia, yo cambio, el entorno cambia, todo cambia. Observando esos cambios, los cuales tal vez puedan ser fuertes o no, pero existen, hay que enfrentarlos con el amor que hay en cada uno de nosotros. Si los dos nos amamos y nos perdonamos, los cambios serán sólo “experiencias o circunstancias” que nos enriquecen y que nos darán fortaleza. De lo contrario, sólo habremos sido parejas de “paso”.
>> Para algunos, divorciarse es la única solución. En realidad, es la más fácil…
>> El amar verdaderamente, es difícil, es dar amor y perdonar incondicionalmente, vivir, tomar las “experiencias o circunstancias” como son, enfrentarlas juntos y ser feliz por convencimiento.
>> Hay gente que dice: “No puedo ser feliz porque estoy enfermo, porque no tengo dinero, porque hace mucho calor, porque me han insultado, porque alguien ha dejado de amarme, porque alguien no me valora…”
>> Pero lo que no sabes es que puedes ser feliz aunque estés enfermo, aunque haga calor, tengas o no dinero, aunque alguien te haya insultado, o alguien no te ame o no te haya valorado.
>> Ser feliz es una actitud ante la vida y cada uno decide…
>> Ser feliz, sólo depende de ti.
2 comentarios:
holaaaaaaaaaaaa que tal¿?¿? jajaja hoy creo que me quedo en ciudad real que felicidadd ejeje
Jeje, a ver qué haces en Ciudad Real, que tienes un peligro... ;)
De todas formas, no sé para qué querías Internet en el pueblo si siempre estás en la city o no te conectas nunca... ejem ejem...
Publicar un comentario