05 abril 2007

300

¡¡Espartanos!! ¡¡Pedazo de tableta de chocolate que tenéis todos!! (jajaja, aunque sea todo más mano del ordenador que de chicha...)

Después de atrasar mi visita al cine para ver la película de "300", ayer, día 4 de abril, acudí (con la hora bien pegada al culo) a verla.

Era consciente de que tenía muy buenas críticas, y que existía la posibilidad de que no cubriera mis espectativas y saliera al término con cara de tonta por la decepción.

Soy de las que van al cine (pocas veces, por desgracia) a ver películas llenas de efectos especiales, de bandas sonaras que te puedan quitar el hipo (en el buen sentido, claro está), ya sean de "sustos", como de "guerras". Eso sí, para ver una peli de risa, prefiero quedarme en casita con mi bolsa de palomitas recién hechas, mi Coca-Cola, tumbada en el sillón, y que me pueda levantar si me entran ganas de... pues eso.

Por suerte... no me decepcionó, si no todo lo contrario... Igual alguno me pueda llamar friki, exagerada... o el adjetivo que más le guste, porque seguro que a más de uno no le gustará la película... pero yo salí emocionada del cine.

Me encantó esos planos marrones donde lo que más destacaba era la capa roja de los Espartanos, y esos dientes de Leónidas que relucían blancos ante la oscuridad de la lucha, de las lanzas, de la lluvia y de cientos de cuerpos que caían al suelo en mitad de una lucha llena de sangre, de esperanza por la libertad, del orgullo y del amor hacia una tierra.

Leónidas, ese loco que desatiende al oráculo y se enfrenta a un Dios que sangra atónito ante la mirada de un hombre cuyo ejército de 300 espartanos, le hace frente ante millones de inmortales, persas, monstruos, magia negra...

Maravillosos esos primeros planos, esos cambios de ritmo en toda la película, siendo tan lentos en algunos momentos de la batalla, reflejando esas décimas de segundo donde sus vidas pueden caer en manos de un persa o arrebatársela victorioso, que no pude más que desear meterme de nuevo en la película una vez que salí.

Me encantó ese humor del Rey Espartano ante las adversidades, ante la petición de rendirse, de ser esclavo de un Dios tirano llamado Xerxes, de más de dos metros...

"Esta noche cenamos en el infierno"... recordad, mis queridos espartanos... que todas las noches, incluida ésta, cenaremos en el infierno...

P.D.: "¡Espartanos! ¿Cuál es vuestro oficio? ¡Uo! ¡Uo! ¡Uo!"


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