22 abril 2007

Un ángel

Tengo un ángel... o lo tenía. Era gruñón y me hacía rabiar, pero con todo eso, siempre sabía dejarme con una sonrisa en el alma, que vale más que una en los labios.

A este lado de la pantalla, se le echa mucho de menos, esos momentos donde se reía y no era capaz de hablar por la risa tonta que le daba, y por un montón de virtudes más que tiene que ayudan a sobrevivir en este mundo.

Sé que sigue ahí, aunque haya aparcado sus alas, deseando que sea temporalmente, aunque soy consciente de que no puedo pedir, que las cosas salen porque tienen que ser así, que no he necesitado muchas veces preguntar, que las respuestas muchas veces vienen solas porque es en ese instante cuando tenía que ser, ni más ni menos. Eso lo he aprendido contigo, porque eres así, y lo agradezco.

Aquí estaremos, esperando el regreso de ese ángel...

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