18 agosto 2007

Viajes de noche

Me entristecen los viajes de noche. Me recuerdan a un tiempo de pequeña donde un viaje de noche significaba volver a casa, con mi padre conduciendo, mientras yo muerta de cansancio y sueño, con mis walkman entre las manos, y mis supercascos, escuchaba música en cinta (qué tiempos aquellos), sobre todo Mecano.

Siempre me gustaba acomodarme al lado de la ventana, mientras observaba ponerse el sol y hacerse la más absoluta oscuridad, tanto cuando volvíamos a casa después de un día de campo en el chalet de mi abuela paterna, como de algún viaje de vacaciones de verano.

Y ahora, mirar desde el coche o del autobús en nuestros viajes por la ventana, y ver cómo cae la noche, y recordar... recordar que ya no es posible... me entristece, me pone melancólica, pero también en el fondo me encanta, porque recuerdo cuando era niña, y aquellos momentos eran especiales y felices.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estas hecha una literata romanticona

Rosa Negra dijo...

Ays, qué cosas me dices, Stephen...

En tu blog discutimos sobre fútbol, y mira aquí qué planes, jajajaja.

P.D.: Eres más perro que Raúl, que ni eres capaz de identificarte en Blogger para que te salga el nick al fimar... XD