24 diciembre 2007

Finde en Valladolid

Este fin de semana, con motivo de la Copa Asobal de Balonmano que se celebraba este año en Valladolid, dos autobuses de culipardos y varios coches particulares nos fuimos a pasar los dos días de fiesta y deporte allí.

Empezamos con un acuerdo de no darnos el viaje chillando todo el rato "me meo", "¿falta mucho?" o "¿cuándo llegamos?" como cuando fuimos a Antequera, y nos pusimos unos los mp3's y otros con los ojos cerrados durmiendo.

El viaje era tranquilo hasta que a una cabeza pensante se le ocurrió ponernos la película de Los Simpsons después de la primera parada para desayunar. Para tanto bombo que le han dado a la dichosa película... qué aburrimiento. Después de la segunda parada la quitaron por unanimidad, jeje.

Una vez llegamos a Valladolid, y separándonos los dos buses ya que cada uno iba a un sitio diferente, nos metimos por las calles en busca de nuestro hotel.

Lo más destacable del callejeo fue cuando nos metimos por una calle tan estrecha, que apenas casi cabía el autobús... así que es de imaginar el atasco que formamos cuando casi al final de la calle, había un coche mal aparcado. ¿Qué hacer? Marcha atrás imposible, una cola de coches... uf... para delante tampoco, porque no cabíamos... ¡¡Pues muy sencillo oiga!! Salieron varios hombretones de nuestra peña, y ale... ¡¡uno dos tres, arriba!!... levantar el coche y moverlo, a pulso, para dejar espacio y mover el bus... Un show, los de las tiendas mirando, la gente, algunos nos bajamos del autobús para no perdérnoslo... Si es que si hay que ser borricos... ¡¡lo somos y punto!! jajajajaja.

Al final, llegamos bien al hotel, nos dieron las habitaciones, dejamos las maletas y nos largamos a dar una vuelta... y dos y tres... y cuatro y cinco... porque aquí los tres mosqueteros (Alba, Miguel y yo), dimos más vueltas que un tonto buscando una plazoleta para comer en el Pans & Company. Menos mal que pucelopolis mediante una llamada nos guió para dejar de "perdernos".

Pero ahí no acabaron las "desgracias" ya que una presente se cargó la cremallera del abrigo... y como no hacía frío en tierras pucelanas... pues nada, de tienda en tienda buscando un abrigo para poder salir por la noche sin pasar mucho frío. Ya de camino al hotel para que el bus nos llevara al pabellón, pensando que no encontraría nada, conseguí hacerme con uno, muy pijito él, para la marcha de por la noche.

Aunque quedamos a las 16,45 h. salimos tarde porque alguna persona tenía que "plantar un pino" y después fumarse un cigarrito mientras todos lo esperábamos en el bus... ¿Puedo decir que esa actitud me pareció bastante penosa? jeje.

Una vez en el pabellón, nos encontramos con pucelopolis, un rato de charla antes de entrar, nervios por quién ganará (¡¡¡¡puce manchego ya!!!!), y calentando las gargantas para animar más que los pucelanos, ya que estábamos en asombrosa inferioridad.

El partido bien, algún que otro pucelano increpándonos, nosotros gritando "que pite Pastor", ellos silbándonos, y nosotros ganando el partido...

Después el partido del Portland-Ademar, que tuvimos que movernos de nuestros sitios, ya que la afición leonesa nos invadió por todos sitios, y algún que otro loco se puso a animar al Portland... así que salimos por patas para no salir mal parados.

Fin del partido donde ganó el Ademar, que sería nuestro rival al día siguiente (domingo), y al hotel (andando, dios, qué lejos estaba) a ducharnos para irnos a cenar.

Puce nos llevó a un chino, yo ronca que no se me escuchaba nada, todos mirándome y cachondeándose de mí (ya os vale, jo), y después de la cena, a una disco a tomarnos una copilla. Una y al hotel, porque yo con el trancazo que tenía no daba más de mí, así que nos recogimos pronto. A las tres estábamos ya en el hotel.

Quedamos para desayunar (la leche, cuántas cosas y todo genial), se rieron un rato los camareros conmigo por estar ronca (¿tanta gracia hace que no pueda hablar? jooooooooo) y a hacer la maleta para dejar las habitaciones a las doce.

Una mañana dando vueltas, cansados y por qué no decirlo, un tanto aburridos porque ya nos conocíamos todo el centro, y nos fuimos a comer a un bar digno de la serie "Cuéntame", tanto por el menú como por el restaurante, la decoración, la estufilla que apenas calentaba el ambiente... Y camino al pabellón (esta vez en bus, línea número 7, jajajaja) para tomarnos un café.

Cuando quedaba una hora para que empezara el partido Ciudad Real - León, pasamos al pabellón para que nos reubicaran, y así no estar ambas aficiones en el mismo fondo.

Aún ronca, no dejé de "chillar" (si se puede llamar chillar a mi vocecilla ronca), ver a los pucelanos cómo nos ayudaban a animar con sus palmas, a puce al otro lado nuestro celebrando los goles del Ciudad Real, y al final ganar, a pesar de todo lo que pasó y pudo pasar... uuuuuuuf, como les dije a los jugadores antes de entrar al partido, "que merezca la pena que me haya quedado ronca", jajajajaja.

Y lo mejor viene ahora... salimos corriendo los tres hacia donde estaba puce para ver a su sobrinillo y que se nos cayera un poco la baba, y en esto que ya estábamos allí, Albita se metió una leche de las que hacen época... tan loca iba ella, que derrapó con tanto papel en el suelo. Un auténtico espectáculo, todos los pucelanos de alrededor mirando, yo (sintiéndolo mucho), "escojonaíta" mientras la miraba, y puce gritando que para videos de primera.

Al final se levantó y pudimos disfrutar un poco del hijo de Davis, que es una auténtica preciosidad, y cómo se ríe con puce.

Vuelta al bus para salir rumbo a Ciudad Real (esta vez sin esperar jugadores ni nada, cada día más sosos...), y después de intentar incordiar un poco al bocinas que es del Barcelona y perdió contra el Real Madrid, de nuevo todos a dormir.

Parada para cenar (qué difícil fue hacerse con un bocadillo) después de darme cuenta de que nos dejamos unos batidos de chocolate en el mueble bar del hotel (vaya tela), y otra vez a dormir la hora y media que nos quedaba para llegar a nuestro destino.

En menos de 10 minutos desde que llegó el autobús, ya no había nadie en la Plaza San Francisco, ni siquiera el autobús que nos había traído. Había ganas de llegar a casa, ¿eh? jajajaja.

Y esto fue, en resumidas cuentas, lo que hicimos en Valladolid estos tres días...

Ahora también me estoy acordando del domingo por la mañana, cuando se nos acercó un abuelete para preguntarnos que de dónde éramos (llevábamos los 3 las bufandas del equipo puestas), y nos soltó un sermón sobre deporte y política que nos dejó tiesos, jajajaja.

O la fiebre que tuve el sábado por la noche... pero bueno, es que si me pongo con todo, al final necesito dos blogs más, jejeje.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

me lo he leído enterito.

Rosa Negra dijo...

Eso es que estás muy ocioso, jajajajaja.

Y todo lo que me he dejado en el tintero, aysssssss.

Miguel dijo...

Vaya ostión de albita jejeje.

Por cierto os sabéis el chiste de la hormiga jajajaja

alba dijo...

jajajajaj yo tambien me lo he leido todo jajajajaja esta genial jeje

vaya tela menos mal que dije que mi caida no se contaba jajajaja pues ala en los foros y en el blog jajajaja madre mia que mal jajaja que risa puimos pasar pero que verguenza pase jajajajajaja

bueno pues nada os sebeis el chiste de la hormiga jajajajajajajajaja que guay jejejejeje

bueno pues nada un besazooooo

Rosa Negra dijo...

Pues yo no me acuerdo que dijeras que no se podía contar... jajajaja.

Menos mal que no fui yo la que se metió la leche... jeje.

alba dijo...

llegas a ser tu y lo sabe ya hasta el rey ajajaja ten cuidado y no te caigas delante mio nunca porque lo dire jajajajajjajaj

Rosa Negra dijo...

Bueno, pues a ver si se entera el Rey y viene a hacerme una visita y preguntarme qué tal se encuentra mi culete lleno de pipas de los pucelanos, jajajajajaja.

Hay que saber hacerlo, con tu caída, el que me cargara la cremallera del abrigo y tuviera que ir a comprarme otro, ha quedado en un plano totalmente secundario, jijiji.